Inma Martinez. La primera Embajadora Climática de Sustenta.

Este mes de agosto se cumplirán dos años desde que una desconocida adolescente sueca,  Greta Thunberg, decidió plantarse ante el parlamento sueco con un cartel que reivindicaba una  «Huelga por el Clima». Una acción que repetiría cada viernes y que el germen de un movimiento «Fridays for Future» que se extendió a nivel mundial y despertó a toda la juventud..o a casi toda. 

Hay personas que, pese a su aún temprana edad,  llevaban ya despiertas muchos años. Es el caso de Inma Martínez, una joven de 23 años, natural de Chiclana. Bajo el estímulo paterno lleva desde muy pequeña luchando por el clima. Tras varios años viajando por el mundo y conociendo otras culturas..vuelve a su ciudad natal para ser la primera embajadora climática de  SUSTENTA. 

Inma, ¿cómo fueron tus inicios en el activismo climático?

El cuidado del planeta ha sido algo siempre presente en mi casa. Crecí siguiendo a mi padre en sus charlas y proyectos para frenar la deforestación de las selvas de México cuando yo tenía apenas  4 años. Desde que tengo uso de razón recuerdo ver en la televisión a gente encadenada a árboles luchando contra el sistema, protegiendo a los bosques con su vida, y pensar ‘’yo un día quiero estar ahí’’. Recuerdo ya un poco más mayor acabar ahogada en lágrimas e irritación después de amargas conversaciones en las que mi padre me explicaba el estado en el cual se encontraba el planeta y hacia dónde nos dirigíamos. No entendía como los adultos podían seguir con sus vidas como si nada, ignorando el problema. Ser joven otorga el don de la inocencia y la ignorancia según dicen, sin embargo es una habilidad algo más adulta la de cerrar los ojos ante lo evidente. 

Con 17 años empecé mi primer proyecto, misión clima, una calculadora de carbono digital para plantar un millón de árboles virtuales; sin embargo soy una persona más dada a la acción que a las palabras. Por lo que en cuanto apareció la oportunidad, decidí embarcarme en una aventura y recorrer el mundo de ONG en ONG.

Una trayectoria que te ha traído hasta aquí. ¿Qué supone ser Lider Climática de SUSTENTA (LCS)? ¿Cuáles van a ser tus principales funciones?

SUSTENTA es una lanzadera de proyectos ODS. Empodera a jóvenes para que realicen  sus proyectos innovativos en 7 ODS básicas. Es un agente de cambio social que cree que “el futuro es de aquellos que creen en la belleza de sus sueños”, como decía Eleanor Roosevelt. 

Sustenta es una plataforma increíble, llena de gente apasionada que comparte el mismo objetivo acuciante: cambiar el rumbo hacia un futuro de desarrollo sostenible. Siendo de las primerísimas organizaciones no gubernamentales españolas en enfocarse en estos ODS´s de la ONU encontrando y empoderando a líderes en cada uno de ellos. Para mi es un orgullo ser la primera Líder Climática Sustenta. Ello me ha permitido conocer a grandes maestros y una red curtida de mentes brillantes a las que poder pedir consejo y ayuda con mis proyectos. Sustenta me da voz, me brinda una plataforma en la cual poder perseguir y articular mis ideas, y poder inspirar a otros jóvenes y líderes que quisieran unirse,  aunque todavía  no sepan por dónde empezar.

Cada generación es diferente a la de sus padres. La vuestra parece más de usar y compartir antes que de poseer…bien por una cuestión económica, ecológica o ambas. Por otra parte se ven muchas veces deshechos por la calles tras fiestas y botellones…y una sociedad que sigue siendo muy consumista.  ¿De qué base partimos para concienciar a la juventud?

La mejor forma para concienciar a la juventud es con el  ejemplo. Avanzamos hacia una sociedad cada vez más consumista, pero también más conectada, y este puede ser el punto fuerte a atacar. Cada nueva generación parece más concienciada que la anterior. Gracias a todo el esfuerzo hecho en educación (¿cuándo han escuchado antes los ¨baby boomers¨ algo de ecología en el colegio?), y también debido en gran parte a que es un problema mucho más presente para aquellos cuyo futuro está inminentemente afectado por ello. Pero como bien dices, queda muchísimo por hacer. Las nuevas generaciones van por buen camino, pero no es suficiente. En general se sabe que el problema existe, pero muchos son reacios a agarrar y virar el timón. Sin embargo con todas las redes sociales, y lo interconectados que todos estamos, es el momento ideal para lanzar ideas, ser escuchados y movilizar a la población hacia el buen camino. Los jóvenes siempre han sido la fuerza revolucionaria, llenos de pasión y energía por el cambio. Tan solo necesitamos grandes líderes que comiencen la ola.

Según los científicos tenemos hasta 2030 para virar el rumbo de nuestra economía antes de que las consecuencias del cambio climático sean irreversibles.  Sin embargo según  las previsiones políticas  no será hasta 2050 cuando conseguiremos ser neutros en carbono. ¿Cómo podemos motivar a la sociedad a reducir su huella de carbono  cuando la política no da una respuesta adecuada a la ciencia?

La política tiene muchos problemas, pero una de sus grandes cualidades es que la opinión del público es su motor de cambio. Los políticos escuchan (aunque a veces solo parezca que sea cuando se acercan las elecciones), pero sus prioridades variarán según las del pueblo que vote. Si esperamos dormidos a que los que están al mando generen un cambio este jamás se producirá. Este cambio tiene que empezar en nosotros mismos, tenemos que hacer de él nuestra prioridad.

Además, tenemos un arma secreta. Es esta sociedad capitalista en la que vivimos, tan mala para ciertas cosas, tenemos un gran poder oculto. Cada vez que compramos algo, cada vez que damos nuestro dinero por un producto o un servicio, estamos generando un voto. Estamos apoyando económicamente a esa empresa, marca o particular, diciendo que estamos de acuerdo con lo que ellos están haciendo. Tenemos el poder de activar la  mano invisible del mercado. No solo comprando lo que es más barato, no. Si no comprando con conciencia. Y si los políticos no quisieran escuchar a la voz del pueblo, sí que que lo harán a la del mercado.

Los científicos relacionan la pandemia del coronavirus con la crisis ecológica porque la mayoría de los contagios por zoonosis, de animal a ser humano, están precedidas de una pérdida de biodiversidad. ¿Crees que la sociedad lo ha entendido? Saldremos de la pandemia con una conciencia más ecológica? 

Me encantaría creer que sí. A veces viendo ciertos comentarios o teorías conspiranoicas uno puede preguntarse si estaremos yendo más hacia atrás que hacia delante. Hoy en día hay un gran problema con la desinformación. Hay tantos pseudo datos que el público tiene difícil el ingeniárselas para poder filtrarlos de manera crítica. Estoy segura de que todos hemos pecado de ello alguna vez. Sin embargo, algo que es indiscutible es la gravedad de la situación que por primera vez, todo el planeta ha vivido a la vez. Nos encontramos en momentos históricos en los que todos hemos aprendido mucho conjuntamente. Por ejemplo, el covid19 nos ha enseñado que tanto la pandemia como la emergencia climática son dos caras de la misma moneda, el estado de salud del Planeta. Como dice SUSTENTA, a partir de ahora la palabra “zoonosis” ha pasado a ser parte esencial de nuestro vocabulario. La ciencia ha demostrado con total rotundidad la relación directa entre deforestación y emergencia climática con las zoonosis, como lo es el COVID19. Y si a ojos del público aún quedaran dudas de esta relación, van a ser muy pronto disipadas en cuanto se haga temario de colegio.

Desde Occidente tenemos el vicio de no ver más allá de nuestra cultura y nuestras costumbres. Tú has estado cuatro años viviendo entre Laos, Camboya, Tailandia ..cómo se ve desde allí el cuidado del medioambiente y la lucha contra el cambio climático? ¿Qué tenemos que aprender de ellos?

Ha sido un gran viaje en el cual he aprendido muchísimo, y creo que todo el mundo debería expandir sus horizontes, viajar, conocer culturas tan diferentes y enriquecer su cuerpo y alma. En estos lugares de oriente, y en cualquier lugar del planeta con tribus indígenas, ha habido grandes enseñanzas de ecología provenientes de sus costumbres ancestrales, donde todo lo recogían de la selva. La madre naturaleza les otorgaba todo lo que necesitaban para sobrevivir y estaban muy conectados con ella. Por ejemplo, ¿quién necesita de platos desechables cuando tiene hojas de plátano? O ¿papel higiénico? ¡Usemos mejor parte del agua de lluvia recogida para ello! 

Sin embargo, a más contaminadas sus costumbres ancestrales con nuestra influencia occidental, más contaminado quedaba su medio. 

Tienen grandes problemas de deforestación, basura, contaminación de aguas. Son lugares con altos índices de pobreza, donde hay muchísimo trabajo todavía por hacer en cuanto a cambiar los hábitos de vida de la gente. Poco a poco los locales se están dando cuenta, al ver las cantidades ingentes de plástico en sus océanos, al necesitar salir a la calle en ciudades de Vietnam con mascarilla mucho antes del coronavirus, tan solo para no sentir como se pudrían tus pulmones con cada bocanada de aire gris que tomabas sin ella. 

Hay grandes enseñanzas que podemos aprender. No hablo solo de “cómo no queremos acabar”, ya que fue exactamente así como todos nosotros europeos empezamos. Y es que una gran conciencia climática se debe en su mayor parte al desarrollo económico y al progreso de cada país. 

Por eso todos los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU son tan importantes, porque hasta que los grandes problemas de los países en vías de desarrollo no se solucionen, como el acceso a la educación o el hambre, será casi imposible movilizar a su población hacia un modo de vida más sostenible. Son las zonas del mundo con mayor densidad de población del planeta, lo que ocurra durante el despertar de ese gran gigante asiático aún dormido va a ser un punto de inflexión en nuestra historia. Y sólo con la ayuda de todos podemos encauzar el barco en la dirección adecuada.

Muchas gracias Inma y suerte en tus nuevos cometidos en SUSTENTA. 

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